Color panela
Esta noche,
Noche fría de febrero
Tocan mis manos el barro caliente,
Barro de mis entrañas
Calor que calienta el alma.
Y desde arriba miro como la cuidad se desvanece frente al ocaso
Trayendo los deseos de engendrar nuevas imágenes, conjeturas e historias.
Y ahí en un estado de éxtasis,
Me pierdo en la voz fuerte que habla de galán, de la María y de la platónico que es la idea de vivir en una ciudad que se funde en el verde de un pasado, en el naranja de su presente y en el color canela de su alma.
Tomo mi taza con olor a aguardiente y a panela,
Tomo en mis manos el pretexto de un grupo,
La receta de una historia desconocida,
Que habla del trapiche y la caña, de abuelos y nietos
Y de colegas y amigos
Que como yo se reúnen con la excusa de disfrutar
del dulce sabor de la panela;
del calor del aguardiente;
y de la riqueza de la sabiduría que se comparte
en aquel lugar donde convergen nuevas ideas
y donde nace este poema.
Esta noche,
Noche fría de febrero
Tocan mis manos el barro caliente,
Barro de mis entrañas
Calor que calienta el alma.
Y desde arriba miro como la cuidad se desvanece frente al ocaso
Trayendo los deseos de engendrar nuevas imágenes, conjeturas e historias.
Y ahí en un estado de éxtasis,
Me pierdo en la voz fuerte que habla de galán, de la María y de la platónico que es la idea de vivir en una ciudad que se funde en el verde de un pasado, en el naranja de su presente y en el color canela de su alma.
Tomo mi taza con olor a aguardiente y a panela,
Tomo en mis manos el pretexto de un grupo,
La receta de una historia desconocida,
Que habla del trapiche y la caña, de abuelos y nietos
Y de colegas y amigos
Que como yo se reúnen con la excusa de disfrutar
del dulce sabor de la panela;
del calor del aguardiente;
y de la riqueza de la sabiduría que se comparte
en aquel lugar donde convergen nuevas ideas
y donde nace este poema.